Cábalas en el teatro.
- Ruben Soria
- 29 abr 2015
- 6 Min. de lectura

En el ámbito teatral, hay gran cantidad de creencias acerca de lo que trae buena y mala suerte. El origen de una gran parte de ellas, proviene del antiguo teatro español. El hecho de no utilizar el amarillo en los vestuarios, por ejemplo, Tiene su fundamento en que en las obras de enredos, cuando el marido sorprendía al amante en el ropero o debajo de la cama en calzoncillos, éstos eran de color amarillo. También puede atribuirse la visión negativa hacia este color a la muerte de Moliere cuando representaba -vestido de amarillo- la obra 'El médico a palos" Los tabúes en el teatro son numerosos: - Nadie debía sentarse en la escotilla del apuntador, a riesgo de romper el pacto con los dioses de la suerte. La tecnología dejo felizmente esta superstición en desuso... - No se puede silbar (y menos de noche). En un reportaje el actor Osvaldo Pacheco afirmaba: "silbar, jamás! Si el texto lo exige canturreo" - Nada de tener claveles, aunque provengan de los admiradores más fervorosos. - Tejer en un camarín puede traer la desgracia a todo el elenco, y si la lana es amarilla el desafío a la fortuna es doble. - Ni pensar en mencionar la palabra "víbora". Los actores apelarán a un listado de sinónimos y dígalo con mímica: reptil, la que se arrastra...
El amarillo, color proscrito
El color amarillo está proscrito en el mundo de la escena, e incluso hay quien se pone nervioso si alguien del público lo lleva. Al parecer, nace de la muerte en escena del dramaturgo frances Jean-Baptiste Poquelin,Molière. En febrero de 1673, Molière estrenó «El enfermo imaginario», y vestía de amarillo. En plena representación se sintió indispuesto ypocas horas después moría en su casa. Desde entonces, se considera este color gafe para el escenario. El estreno de «Salomé», de Oscar Wilde, cuyos bocetos de escenografía estaban dominados por el amarillo, acrecentaron su fama, pues la representación pública de la obra fue prohibida en Gran Bretaña hasta 1958. En algunos países, también el morado es sinónimo de mal fario.
Prohibido desear suerte
Desear suerte el día del estreno es sinónimo de mala suerte. Para sustituirlo, se utilizan expresiones como «rómpete una pierna» o «Mierda». Las dos tienen origen, al parecer, en el teatro isabelino británico. No está claro el significado de la primera expresión, pero podría referirse a que a los actores, tras una buena actuación, se lesarrojaban monedas al escenario; los intérpretes, entonces, se arrodillaban y «rompían la línea de la pierna» para recogerlas. En el caso de la segunda expresión, popularizada en el teatro francés, parece referirse a los excrementos que dejaban los caballos de los carruajesde los asistentes al teatro. Cuanto mayor era la «mierda» alrededor del teatro, mayor éxito suponía para la obra. En Italia también se emplea la expresión «In bocca al lupo» (En la boca del lobo).
No regalar claveles
Si ha pensado enviar flores al camerino de un actor o una actriz -algo que ellos agradecen mucho-, no se le ocurra incluir claveles e el ramo. Esta superstición procede, al parecer, del siglo XIX. Entonces, los teatros contrataban a los intérpretes por temporada y su manera de comunicar la renovación del contrato a una actriz era enviarle rosas. Si, por el contrario, le enviaban claveles, era la sutil manera que tenía el empresario de decirle que estaba despedida.
Las plumas de pavo real
Las plumas de este animal están mal vistas no solo en el teatro. Loscoloridos dibujos de estas aves, que pueden recordar a un ojo diabólico, parecen tener la culpa de ello: significan mal de ojo. Según la tradición, han ocurrido muchos sucesos desagradables y accidentes en escena con un denominador común: había en ella una pluma de pavo real.
Una luz siempre encendida
Nunca ha de dejarse el escenario completamente a oscuras. La razón, los fantasmas. En el mundo del teatro son innumerables las historias y las leyendas sobre fantasmas; la más famosa, la que recogió Gastón Lerroux en su novela «El fantasma de la Ópera». Para ahuyentarlos, siempre permanece una luz encendida en el escenario o entre cajas.
Prohibido tejer lana
Los actores pasan en ocasiones muchos tiempos muertos en sus camerinos, esperando salir de nuevo a escena o aguardando en los ensayos; y han de entretenerse con algo. Pero tienen prohibido tejer algo con lana, eso significa mala suerte para todo el reparto de la obra.
Prohibido silbar
Silbar en escena es sinónimo de mala suerte. Por lo menos para quien lo haga, ya que la tradición exige que sea despedido. Todo parece provenir de la época en que no había otra forma de comunicación que la voz. Los técnicos trasladaban las órdenes dadas por el director mediante silbidos codificados. Si una persona ajena a ellos silbaba a destiempo, podìa provocar una catástrofe en escena.
No a los espejos
Que se rompa un espejo equivale, según el acerbo popular, a siete años de mala suerte, y no solo en el mundo de la escena, donde son sinónimo de mal fario incluso enteros. De todos modos, y supersticiones aparte, los espejos reales son elementos peligrosos encima de un escenario, porque presentan problemas técnicos con las luces, y pueden ser causa de distracción para algún actor o actriz poco concentrados y con hinchazón de ego.
El libreto bajo la almohada
Algunos actores, durante el período de ensayos, dormían con el libreto bajo la almohada. No es que se hubieran enamorado del texto o de su personaje, sino que existía la creencia de que así les sería más fácilaprenderse el papel; por el contrario, otros lo consideran signo de mala suerte. En cualquier caso, siempre es más seguro tratar de aprendérselo a base de estudio y repetición.
Con el vestuario hay muchos puntos a tener en cuenta: además de evitar el amarillo, jamás utilizarlo con lunares, y menos aún tener dos iguales: se debe empezar y terminar la temporada con el mismo. Al respecto La actriz Iris Marga recordaba en un reportaje: "Representábamos una obra en la que yo era una paisanita. Para estar siempre almidonada, con los volados tiesos, me hice hacer dos trajes iguales. Cuando Carcavallo, el empresario, se enteró, tuvimos un disgusto tan grande que marcó mi alejamiento del elenco" El camarín también exige ciertos cuidados: No debe tocarse! el actor se limitará a llevar su vestuario, caja de maquillaje y efectos personales, sin llevar nada ni mover nada de lugar. Hay quienes toleran algunos aportes personales, como ser fotos de familiares en el espejo, siempre y cuando sea antes del estreno. Los métodos de exorcismo son variados: - Poner azúcar en un rincón del camarín - Las hojas de ruda son también un buen aliado. Darío Vittori, por ejemplo, las colocaba personalmente en los tableros de la boletería, mientras que no falta quien queme algunas hojas en su camarín. - entrar con el pié derecho, especialmente en el primer ensayo.
Obras y Autores En la fecha del estreno cuidado con mencionar la palabra "suerte" porque los resultados pueden ser insospechados! Es preferible desear mucha "merde" antes de salir al escenario, o golpear tres veces la bambalina, tocar madera o persignarse. También hay obras y autores que adquirieron el poco redituable privilegio de ser considerados nefastos. Un claro ejemplo es el de Jacinto Grau, autor de "El señor de Pigmalión". En España nadie lo representaba por su terrible fama negativa. En un reportaje concedido en 1974 al matutino La Nación, José Cibrián contaba que cuando su padre puso en escena la obra en Madrid en la década del '30, "todo el mundo le llamaba insensato, y más aún cuando en uno de los últimos ensayos uno de los intérpretes se presentó pese a que padecía una seria dolencia pulmonar. El actor pagaría con su vida el exceso de profesionalismo, y muchos compañeros le atribuyeron la desgracia a la presunta influencia nefasta de don Jacinto, renunciando a sus papeles...
Entre las obras evitadas la más famosa es Macbeth. Ni representarla, ni citar siquiera tres o cuatro versos seguidos. La fatalidad se encargó de aumentar su mala fama: en 1964 se quemó un teatro nuevo en Lisboa que estaba dando la obra.
Las gentes de la escena evitan decir la palabra «Macbeth» en el teatro, y se refieren a ella como«la obra escocesa». De hecho, existe incluso un ritual en el caso de que alguien la pronuncie para limpiar la maldición: salir del teatro, escupir en el suelo, girar sobre sí mismo tres veces y pedir a gritos poder volver a entrar en la sala. Acerca del origen, tampoco está claro. Hay quien culpa a Shakespeare, por incluir conjuros y maldiciones auténticos en el texto. Otros dicen que a las brujas reales no le gustó el trato recibido en la obra y la maldijeron. Y los más prácticos esgrimen otro argumento: hay tanta violencia y armas en ella que no es difícil que surjan accidentes. El mal fario empezó en el mismo estreno de la obra, en 1606, cuando el actor que interpretaba a Lady Macbeth (en el teatro isabelino no se permitía actuar a las mujeres) enfermó repentinamente y murió entre cajas. Los percances a lo largo de la historia han implicado a actores como Laurence Olivier o Charlton Heston.
Comments